El tema
de mis cuadros, estos últimos años, rueda siempre alrededor de las
reminiscencias de nuestros ancestros plasmadas en el interior de antiguas
estancias. Aquí aparece el elemento humano de forma latente. En los
realizados más recientemente, sin embargo, es más manifiesto; llegando,
incluso, a surgir rostros (a veces formados por animales) entre piedras o
telarañas formando, a su vez, otros rostros donde se une "el uno con
el todo". Estamos asomados a la ventana de la vida, pero por alguna
razón solo vemos lo que tenemos dentro.
El estudio de las
luces aparece como un reto ambicioso, pero no irrealizable (a mi juicio).
El juego consiste en atrapar la atmósfera de un determinado instante del
día.
MANIFIESTO PARA EL NUEVO SIGLO
Mucho tiempo antes de
que yo naciera, la fotografía ya había liberado a los pintores de la
responsabilidad de retratar la realidad exterior. Tomando el testigo de
los 'Impresionistas', los 'Fauves'- Matisse a la cabeza- con sus colores
salvajes y coincidiendo con los albores del siglo XX, terminaron por
dinamitar el trasnochado 'Academicismo', abriendo así el gran grifo de
las 'Vanguardias históricas' con un continuo goteo de 'ismos'.
Bajo mi punto de vista
destacaría: E. Munch y el violento pero emotivo 'Expresionismo'. Picasso
que, buscando su propio camino, encontró, tras el 'Cubismo', la inocencia
de la pintura; mientras, los insólitos 'Surrealistas'- deudores del
radical 'Dadaísmo'- buceaban en el inconsciente; y Kandisky que con la
'Abstracción' anunciaba que la imagen estaba ya gastada.
El abandono de la
perspectiva, aplastando las siluetas -cada vez menos reconocibles- contra
el lienzo, la aparición de la pintura 'Matérica', las texturas, los
'campos de color', el enérgico 'gesto' como pincelada, los 'colores
planos' apenas sin elaborar, el dibujo infantil o enajenado con los
contornos deliberadamente deformados, y esa creciente tendencia a la
simplificación restándole importancia a lo narrativo de la escena en
favor de la propia pintura, así como ese aspecto aparentemente inacabado
de los cuadros, suponen un salto interesante en la historia del Arte,
aunque aun no haya sido digerido por las masas.
Ahora, en esa linea
borrosa que separa los dos siglos, sugiero que el artista es tan solo el
final del hilo conductor que une a toda la especie y del cual brotan, a
través de las obras de arte, pequeños trozos del misterio inabarcable que
conforman la percepcion y el alma humana.
Puedo afirmar, por
tanto, que el arte es anónimo, lo importante no es el artista si no su
obra. La firma es solo una cuestión de mercado. Y es, precisamente, ese
aspecto mercantil el que quita y pone artistas y tendencias.
Para acabar de
sintetizar mi opinión desde los pañales del siglo XXI diré que nada me
importan las modas al uso. Otra forma de transgredir consiste en no
dejarse llevar por las corrientes. Finalmente REIVINDICO la necesidad de
contar algo. Posiblemente ese algo no se entienda, no importa: Yo no he
venido a resolver misterios, si no a plantearlos. Tampoco me gusta
afirmar, prefiero sugerir.
EL CHIRRI
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